jueves, 23 de octubre de 2008

Y ahora que?

Apenas hace unos días Decio de María, Secretario General de la Federación Mexicana de Fútbol declaró que existe apoyo total al proceso de Sven-Goran Eriksson al frente del TRI. “Hasta el partido contra Honduras, después analizaremos la situación del equipo”.

A mi que me perdonen pero me disculpan, el anterior es exactamente el mismo discurso que se oyó hasta el último partido de Hugo Sánchez como director técnico de nuestra selección mayor, y acabaron dándole cuello y vendiéndolo como chivo expiatorio después de obtener resultados similares a los que hace varios años ha venido teniendo nuestra selección, o lo que es lo mismo, quedándonos en la orilla a la hora buena. Se le acusó de no tener variantes, de no tener estrategia, de no tener gol, de que convocó nacionalizados, prácticamente las mismas cosas que ahora aunque con mucho menos ruido se dicen del sueco.

Yo lo que veo es que nuestros directivos que son unas ratas de siete mares ya preparan el camino para emprender la graciosa huida en caso de que al buque lo empiecen a cubrir nubes negras en su eliminatoria al mundial de Sudáfrica.

Nunca lo he negado, yo creí mucho en Hugo y en su proyecto futbolístico y no me pareció justa su destitución, pero también soy un creyente del trabajo y la continuidad, y lo peor que pudieran hacer los directivos es despedir a Sven si las cosas no salen como todos esperamos. Antes teníamos ciclos de 4 años en la selección, en la actualidad apuntamos a ciclos cada vez más cortos, casi de por torneo.

El asunto es que el origen de nuestra crisis futbolística no se debe al director técnico en turno al frente del equipo. El problema de raíz en nuestro fútbol son las personas que lo dirigen y las decisiones absurdas que toman: Léase torneos locales mal planeados con exceso de partidos sin valor agregado, torneos cortos y liguillas que en detrimento del aspecto deportivo fomentan el supuesto espectáculo y la mediocridad, con las fuerzas básicas en el olvido, con una división de ascenso que es una autentica fiesta pagana, con una cantidad exagerada de extranjeros para el nivel de nuestro deporte.

Nuestro fútbol se muere de un cáncer llamado exceso de jugadores extranjeros, que por una parte ha hecho que las oportunidades para jugadores mexicanos se reduzcan y sustituir las canteras de jóvenes por jugadores importados. El día de hoy en promedio 4 de cada 11 jugadores que juegan en México son extranjeros y si a eso le sumamos a los naturalizados el número aumenta. Y aún mas, en promedio 3 de esos 4 extranjeros son por lo general mediocampistas o delanteros.

Hace unos diez a quince años en la delantera de la selección nacional tuvimos tantas opciones como: Luis Miguel Salvador, Daniel Guzmán, Carlos Hermosillo, Luis García, Hugo Sánchez, Luis Flores, Ricardo Peláez, Luis Hernández, Luis Roberto Alves “Zague”, Jared Borgetti y Jesús Olalde. Todos ellos jugaron en la selección y todos ellos fueron campeones de goleo en México o lucharon por un campeonato de goleo. Ahora nuestras opciones en la delantera son los Franco y Vuosso (Argentinos), Vela y Giovanni (Demasiado verdes), Nery Castillo, Omar Bravo y Cuauhtemoc Blanco (Olvidados) de allí en fuera nada bueno ni nada probado.

Y ahora que?

México se juega muy poco en el último partido de esta fase contra Honduras, está virtualmente calificado y solo una derrota catastrófica nos dejaría fuera de la siguiente fase. El problema es que viene la siguiente ronda en la que enfrentaremos entre otros a Estados Unidos, Costa Rica, El Salvador, Trinida y Tobago y muy probablmente el mismo Honduras, en donde por lo poco que hemos mostrado no llegaremos mas allá de lo deseado.

Lo que ahora que necesitamos es trabajar con humildad y a marchas forzadas, necesitamos que el que asesore a Eriksson sea una persona que de verdad conozca nuestro fútbol, sin compromisos ni lealtades mal entendidas, necesitamos convocar a la gente de experiencia, a los veteranos, a los que han jugado eliminatorias mundialistas, a los que de verdad sienten los colores, a los que se mueren en la raya. Tenemos que echar mano de los Jared Borgetti, Braulio Luna, Ramón Morales y Cuauhtemoc Blanco, pero también de la mano de los que no han faltado hasta el momento como los Pavel, los Salcido, los Márquez, incluso los Oswaldo. Aunque estos 2 últimos necesitan una mentalidad renovada. México tiene muchos años que no es el gigante de Concacaf.

2 comentarios:

Gibs dijo...

Tas molesto gordito?... jejeje
Te doy la razón u_u

Yorch dijo...

Gracias.