Ese es el que el destino le recetó irremediablemente al Atlético de Madrid para el inicio de la liga de España.
A diferencia de la justicia divina la cual premia las bondades o el buen comportamiento de la gente, el castigo divino cierne en las persona que obran con sobrada falta de ética, calidad moral, amor propio, calidad humana, profesionalismo, compromiso o seriedad.
Todo eso y muchas cosas podríamos decir de la forma en la que el “eterno” segundo equipo de Madrid afrontó en su casa el partido contra el Barcelona el pasado 20 de Mayo de 2007. En esos momentos el Atlético se jugaba la oportunidad de acceder a los torneos europeos después de muchos años de ausencia (Ojo, que no vuelvo a mencionar la ética, calidad moral, amor propio, calidad humana, etc, etc, etc.), sin embargo la victoria y la consiguiente consecución de dicho pase directo hubiera beneficiado directamente a sus rivales de ciudad: El Real Madrid. Y es que para esa entonces el equipo blanco se encontraba en una frenética y tétrica carrera por el título con los Azulgranas de Catalunya.
Sin embargo, al equipo rojiblanco poco le importaron los argumentos anteriores y decidieron regalar un 6-0 en contra. Tristemente la imagen más memorable de dicho partido fue ver a Fernando Torres corriendo sólo contra todos los defensas del Barza, sólo para voltear a ver que sus compañeros se quedaban atrás del medio campo; sin duda alguna un retrato de coraje, amor propio y profesionalismo con una mezcla bizarra de soledad y tristeza. Ese día el Niño de hizo hombre y coincidentemente este mismo año “abandonó” al equipo que lo abandonó aquella tarde; equipo de sus amores, equipo que nunca le devolvió ni una pequeña parte de todo lo que el joven español dio por sus colores.
A diferencia de la justicia divina la cual premia las bondades o el buen comportamiento de la gente, el castigo divino cierne en las persona que obran con sobrada falta de ética, calidad moral, amor propio, calidad humana, profesionalismo, compromiso o seriedad.
Todo eso y muchas cosas podríamos decir de la forma en la que el “eterno” segundo equipo de Madrid afrontó en su casa el partido contra el Barcelona el pasado 20 de Mayo de 2007. En esos momentos el Atlético se jugaba la oportunidad de acceder a los torneos europeos después de muchos años de ausencia (Ojo, que no vuelvo a mencionar la ética, calidad moral, amor propio, calidad humana, etc, etc, etc.), sin embargo la victoria y la consiguiente consecución de dicho pase directo hubiera beneficiado directamente a sus rivales de ciudad: El Real Madrid. Y es que para esa entonces el equipo blanco se encontraba en una frenética y tétrica carrera por el título con los Azulgranas de Catalunya.
Sin embargo, al equipo rojiblanco poco le importaron los argumentos anteriores y decidieron regalar un 6-0 en contra. Tristemente la imagen más memorable de dicho partido fue ver a Fernando Torres corriendo sólo contra todos los defensas del Barza, sólo para voltear a ver que sus compañeros se quedaban atrás del medio campo; sin duda alguna un retrato de coraje, amor propio y profesionalismo con una mezcla bizarra de soledad y tristeza. Ese día el Niño de hizo hombre y coincidentemente este mismo año “abandonó” al equipo que lo abandonó aquella tarde; equipo de sus amores, equipo que nunca le devolvió ni una pequeña parte de todo lo que el joven español dio por sus colores.
Después de todo, unas semanas más tarde el equipo Merengue salía campeón de la liga, el Barcelona se tenía que conformar con golear 5 por 1 al Nástic de Tarragona y con la segunda plaza de la competencia; por su parte el Atlético había renunciado 3 jornadas antes a su pase directo para la Copa de Europa y se quedaba con el séptimo lugar de la clasificación general.
A que viene todo esto? Que en la liga española el trofeo de campeón se entrega hasta la temporada siguiente, no antes; y la primera jornada de la liga el presente año, enfrentó al Atlético de Madrid con el Real Madrid ni mas ni menos que en el estadio Bernabeu.
El destino quiso que el equipo que sería testigo de la entrega del trofeo de campeón fuera el ex equipo de Fernando Torres. Y otra vez los de manzanares volvieron a dar muestra de su poca valía; por buena costumbre el equipo contrario le hace el paseíllo al campeón antes del partido (Un equivalente a nuestra casita, gusanito o cola) y no, esta vez no hubo paseíllo. Pero no hacía falta, el Madrid era campeón hace muchas semanas. Que triste y vacía puede ser la vida de un antimadridista.
Pd: Para hacer la historia aun mas triste, el resultado del partido (Que creo que a estas alturas es lo que menos importa) fue victoria para los de blanco 2 a 1.
No hay comentarios:
Publicar un comentario